Hoy rompo papeles garabateados,
intentos de obras de arte
son sólo folios destrozados.
Hoy escribo y me desmienten
palabras desperdiciadas
en estúpidos versos adolescentes.
Hoy mi voz me quiebra y desafía
y mis torpes manos se equivocan,
pues pensé que yo valía.
Y era predecible mi dolor,
si no me apellido Goya o Hernández,
si mi nombre no se toca en do mayor.
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